lunes, 1 de junio de 2009

Continuous city


Compañía: The builders Association
Fecha: 29-05-09
Teatro: Liceo
Aforo: Un cuarto

Fondo y forma

Dos de las pesadillas recurrentes en un actor es soñar que sale al escenario y: no se sabe el texto o no hay nadie en el patio de butacas. El primero denota cierta inseguridad. El segundo… Se supone que el teatro en compañía se disfruta mucho más. La gente, aunque no hable, acompaña en un patio de butacas. Al espectador y al actor, para qué nos vamos a engañar. Fundamentalmente al actor. Bueno, y a la consejera de cultura, que para eso ha venido, digo yo. Que, ¿qué va a pensar esa señora tan seria y elegante, que se pega una paliza de viaje para venir hasta Salamanca?

Con un Teatro Liceo que daba miedo de lo vacío que estaba (¿sin no vais a ir para qué os invitan?), regresaba a Salamanca The builders association. Y lo ha hecho con un espectáculo formal y tecnológicamente espectacular y, además, con fondo. Quizás un poco repetitivo y falto de ritmo en parte de su desarrollo, pero tremendamente efectivo en sus pretensiones y objetivos, y muy inteligente, elegante y comedido en la utilización de los medios con los que cuenta.


Desazonador por su mensaje final, Continuous city utiliza el tema de las tan nombradas y estudiadas redes sociales en Internet para enfrentarnos a nuestros más íntimos deseos de huir de la realidad y la responsabilidad. Un antropólogo urbano (la metáfora de todos nosotros) que lleva dos años perdido en continua huida y construye su propio laberinto voluntario, una hija que quiere a su padre a través del ordenador, una niñera que se desahoga haciendo un blog, un alucinado tecnólogo que es un alucinado especulador y un público que ve el lado amargo de las TIC.

Escenas duras y oscuras, como la iluminación –reflejo de la parte tenebrosa de Interne-: la niña se comunica con su niñera a través de mensajes al ordenador estando en la misma habitación; la niña prefiere al padre del ordenador en vez del padre real, de carne y hueso; el espectáculo debe continuar, y quien duda no tiene cabida en un mundo frío y especulativo.


¿Mensaje negativo sobre las tecnologías avanzadas? Pues sí, pero en realidad lo que hay en la red es un reflejo de cómo queremos nosotros que sean las cosas, ¿no? Todo tiene su parte buena o mala. De hecho, gracias a ellas pudimos ver un espectáculo redondo, bien trazado, con cargas de profundidad y que hace reflexionar. Bien elegido para comenzar este V Festival desangelado en cuestión de público. ¿Habrán ganado la partida los envidiosos de la subvención ajena, los falsos poetas de la verdad? Deseo fervientemente que no.



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