viernes, 30 de enero de 2009

Al final, todo es teatro...

martes, 27 de enero de 2009

Urtain


Compañía: ‘Animalario’
Fecha: 23-01-2009
Teatro: Liceo
Aforo: Lleno

Ríos

El hombre común se levanta por la mañana y piensa: ‘¿Por qué, desde que nací, sé perfectamente que a lo único que voy a llegar es a ser mediocre?’. Y, en ese momento, se da cuenta de que en el interior mismo de su cuerpo lo único que fluye y se mueve es la bilis.

José Manuel Ibar ‘Urtain’ fue un boxeador que subía al ring y pegaba mandobles como si diera tortas con la mano abierta. Su estilismo pugilístico dejaba bastante que desear y en su vida las cosas no es que le fueran demasiado bien. Acabó lanzándose al vacío desde su piso de Madrid.

Podríamos decir de este espectáculo de Animalario que está interpretado de forma excepcional o que el texto refleja muy bien esa metáfora de la evolución de la sociedad española o que la iluminación se ajusta perfectamente a la oscuridad pugnante por brillar de una historia que llega a emocionar hasta la lágrima en momentos muy especiales o que todo lo que vimos encima del escenario-ring era teatro o que cada palabra y cada gesto, cada intención, eran puñetazos de dinamita contra la conciencia del espectador. Podríamos decirlo sin temor a equivocarnos.

Pero, ¿qué es lo que hace que un espectáculo tan bien escrito, dirigido e interpretado sea tan duro? ¿La vida del protagonista y su final? ¿Los personajes de la gente que le rodea? ¿La utilización de un hombre manejado por intereses monetarios y políticos? ¿La forma en la que uno mismo se machaca en su devenir? Quizás sea todo eso. Pero, sobre todo, los ríos y ríos de mala baba, pesimismo desbordante y descarnado y cólera desatada que rezuman por debajo de todo lo que nos cuenta ‘Urtain’.

Eso es lo que el espectáculo, más que contar, nos eructa a la cara porque ya no se aguanta más, porque ya no puede soportar su propia acidez, porque ya no le queda otro remedio, porque es necesario aunque desagradable, porque guardarse algo en los avernos del alma es contraproducente y porque, mal que nos pese, la vida es así, una mediocridad que avanza hacia el final en una cuenta atrás incómoda y delirante mientras nos suelta mandobles a mano abierta y se justifica con voz de boxeador tocado y obsesionado con la bolsa o la vida.

martes, 20 de enero de 2009

Sí, pero no lo soy


Compañía: Centro Dramático Nacional
Fecha: 17-01-2009
Teatro: Liceo
Aforo: Tres cuartos de entrada

Sin vocear

Uno está convencido de lo que está convencido y el que no lo está… pues no lo está, ¿no? Por eso, constantemente, me reafirmo en que el teatro, en el sentido de componer y representar obras dramáticas, se basa en un buen texto y en unos buenos actores. Sin eso no hay nada, y el que crea lo contrario… cree lo contrario.

En Sí, pero no lo soy uno tiene la sensación de que el Centro Dramático Nacional ha apostado con este montaje precisamente por esa línea. El texto de Alfredo Sanzol, a pesar de ser sofisticado en algunos aspectos, como la finura afectadamente intelectual y complicada que destila en algunas escenas, acaba siendo una unidad que funciona bien. Y eso que podría haber naufragado en los escollos del absurdo y la repetición temática aburrida y plomiza.

Pero, no lo hace. Al final, fluye como un todo y el espectador respira porque certifica que lo que ve no es una mera sucesión de escenas imaginativas y más o menos graciosas –geniales la de San Fermín y la de la familia argentina-, es una propuesta unitaria y, afortunadamente, nada pretenciosa ni gritona.

Eso es intencionalidad calculada y estudiada, según mi punto de vista, puesto que es un reflejo de lo que pretende el autor, según leemos en el folleto explicativo del espectáculo, ya que indica que quiere ‘profundizar en la línea de investigación…, sobre todo en lo que se refiere al problema de la identidad, de la personalidad y al conflicto que se plantea entre lo fragmentario y la tendencia a la unidad’. A todo esto ayudan una dirección ajustada y nada chirriante, una selección musical elegida con mucha cabeza y la escenografía y el juego de luces unidas con un objetivo común.

A la vez, los actores dan una lección de dicción encima de un escenario. Todo está bien interpretado, los movimientos, las coreografías, las intenciones, los tonos, las emociones, los contrastes, los monólogos, los gags, el ritmo que tienen algunas escenas, los diálogos cortos y, a veces, fríos y cortantes… Pero, sobre todo, el texto está muy bien dicho y proyectado, con mucha limpieza y pulcritud. Y todo ello sin vocear, ¡que no hay necesidad de gritar para vocalizar! Toda una lección. Y el que piense otra cosa diferente… pues que piense otra cosa diferente. Pero que no grite, por favor.

viernes, 16 de enero de 2009

Las gallegas


Compañía: Lolita Corina
Fecha: 15/01/2009
Teatro: CAEM Sala B
Aforo: Lleno

Je, je, je...

Cuando a un fumador le quedan sólo tres cigarros para pasar toda la negra eternidad las cosas pintan mal o bien. ¿Y si eres gallego? Si eres gallego, pues puede que sí o puede que no.

Dos hermanas que han muerto sin darse cuenta y que se plantan en su propio funeral como fantasmas que tienen que aprenderlo todo sobre su propia condición. Esto les da una ventaja: la familia que asiste al luctuoso acto de despedida no les ve. Con esta premisa monta su divertido espectáculo, Las Gallegas, la compañía Lolita Corina.

Y digo divertido porque fundamentalmente es lo que al final vimos en la Sala B del CAEM. Un montaje cuyo objetivo es la diversión con dos buenas actrices, que destacan por su dominio corporal, especialmente Coral Ros, y por su naturalidad y su personaje muy bien trabajado y atractivo, Lola González.

No crean ustedes que vimos una obra con un texto profundo y frases geniales. Más bien presenciamos un muy buen entremés, que esperamos sea aperitivo de lo que esta compañía puede hacer en el futuro si solventa los problemas de transiciones entre escenas temáticas y los lapsos de teatralidad infantil que lastran el ritmo de la obra.

Por lo demás, todo estaba bien dirigido y el tiempo que dura se pasa volando, que no es un mal síntoma. Otro buen indicio es que el público aplaudió mucho y con entusiasmo lo que tiene de mala leche y acidez ingenua contra la sagrada institución de la familia, a la que en determinados momentos a muchos nos gustaría hacer lo que llevan a cabo las dos fantasmas-protagonistas en el final del montaje. ¿Qué es? Perdonen que no se lo diga, pero como hoy como con ella no quisiera quitarles la ilusión de la sorpresa. Je, je, je…

lunes, 5 de enero de 2009

Querido Rey Gaspar


Estimado Rey Gaspar, como sé que eres un hombre leído y culto, te escribo desde El Adelanto una carta con mis deseos para el año 2009. No, no te preocupes que, con lo mal que están las cosas en estos tiempos de crisis, no te voy a pedir dinero. Sólo cosas sencillas y reconfortantes.


Así es que vamos allá. Me gustaría que los que vamos al teatro pudiéramos ver obras tan buenas como Petites Histories.com!, Federico, Dirección gritadero o Pagagnini, pero muchas más, que este año nos hemos quedado un poco cortos de buenos montajes. Mejor olvidar Wewilllisvestorm, El beso de Judas, Coillure o Gatas. También me encantaría que trajesen más danza contemporánea, que cada vez me llega más adentro, será que me estoy haciendo mayor… Además, sería interesante y de buen gusto que el Café Teatro regresara a La Vega.


Por otra parte, te pediría que el Festival Internacional de la Artes de Castilla y León continúe celebrándose por los siglos de los siglos en Salamanca para, primero, abrir esta ciudad y sus gentes al mundo y, segundo, callar las bocas a los falsos agoreros que escriben desde supuestas atalayas con el fin de pescar subvenciones que les mantengan a él y sus amigos, a quienes, por cierto, nunca se les ve por el teatro, preocupados como están en que haya incautos que les publiquen libros. Eso sí, que la calidad de la programación sea mejor que la del año pasado, que fue un poco floja.


Me gustaría que la Feria de Teatro de Ciudad Rodrigo programe espectáculos con clase y categoría para que los que van no hablen de una programación ñoña y pergeñada por una monja. Por pedir que no quede: que compañías de Salamanca como Intrussión, La Chana, Zanguango, Alto Teatro o Miguelón, sigan teniendo fuerzas , imaginación y buenos textos para estrenar y que las autoridades les apoyen todo lo que se merecen, que es mucho.


Y nada más, que se siga programando cultura para que todos nos demos cuenta de que es más productivo leer Hamlet, que invadir países o arruinar familias.