lunes, 8 de junio de 2009

An anthology of optimism


Compañía: Campo
Fecha: 07-06-09
Teatro: Teatro Liceo
Aforo: Dos cuartos

Seamos optimistas

Seamos optimistas y pensemos que esta antología del optimismo de Campo es un show. Seamos optimistas y pasemos por alto si el lugar en el que se ofreció es el más adecuado. Seamos optimistas y demos un voto de confianza a un espectáculo bienintencionado, no aburrido y naif, muy naif. Bueno, y algo friki también, ¿para qué vamos a mentir?

Al loro. Dos directores de escena que se enfrentan dialécticamente de una forma muy ingenua para determinar si todavía existe optimismo en el mundo. Pero, no un optimismo cualquiera. Un optimismo crítico. Esa fase en la que uno tiende a ver el vaso medio lleno, pero de una forma razonada, observando los pros y los contras y decidiendo en consecuencia.

Y lo hacen con pocos medios –¡Todavía quedan proyectores de transparencias!-, con grandes dosis de humor sencillo y con gran optimismo, porque plantarse encima de un escenario con algo más que un discurso pseudopolíticosociológico y carteles de colorines escritos a mano y soltar una hora y veinte de argumentaciones, en algunos casos, extremadamente infantiles es ser optimista… y un poco friki en los tiempos que corren.

Y ahí es donde está el asunto. Que podrían haberlo hecho de cualquier otra manera. Con medios digitales avanzados, con actores de alto nivel en el escenario, con un grupo de música en directo, con el público enviando SMS para opinar, etc. Pero no, lo hacen a pelo y con una sonrisa en la boca. Como otro de sus chistes evidentes pero con sentido. Vamos que nos están diciendo: ‘El optimismo es lo de menos, es el envoltorio. Lo importante es pensar, es reflexionar’.

En definitiva, un montaje inclasificable, sincero, alejado del paroxismo y con dosis de humor universal por lo evidente, con dos actores cuyos personajes rayan la naturalidad autoimpuesta y con mensaje que no debemos olvidar. Seamos críticos y dejémonos de chorradas, que se puede hacer de muchas maneras. Unos lo hacen masturbándose en escena y otros con unas simples transparencias que parecen sacadas de las antiguas clases de ciencias. El resultado puede que sea el mismo si somos optimistas.

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