sábado, 20 de junio de 2009

Show Park


Compañía: Spasmo Teatro
Fecha: 18-06-09
Teatro: Liceo
Aforo: Tres cuartos

En pocas palabras

Dejémonos de gestos inútiles. En pocas palabras: Show Park, de Spasmo Teatro, funciona con el espectador. Y no lo hace por su originalidad porque, en realidad, esos personajes con esos grititos y esas risitas, esos movimientos circulares en grupo, esas bajadas al patio de butacas, ese humor grueso y ese gusto por el travestismo estaban ya en otros espectáculos anteriores –Ojalemos que aplausan y A fiestro y liniestro, los mejores de lejos-. ¿Más de lo mismo?

En parte sí y en parte no. Los chicos de La Vega dan un pequeño paso adelante y son capaces de dotar a la totalidad de hilazón y momentos de mala leche inteligente (la entrega de los Oscar es verdaderamente surrealista) a costa de cierta limpieza técnica. No es que corran ríos de discurso por debajo de las escenas, pero sí tienen coherencia casi todas las secuencias que conforman la hora y veinticinco de espectáculo. Esta vez, parece que las cosas no están puestas ahí porque sí –aunque, por ejemplo, hay cosas que no tienen sentido dentro del conjunto: ¿Qué hace ahí el sketch de los gitanos?-.

No obstante, el hecho de utilizar un armazón compuesto por un parque en una ciudad imaginaria, una acotación temporal de una jornada normal y corriente, cinco personajes principales muy trabajados en su tipología gracias a otros espectáculos y la programación de una emisora de radio, hace que, en esta ocasión, el espectáculo gane y tenga la apariencia de robusto. El diseño de luces y la selección musical ayudan de verdad.

Muy interesantes la escena del demiurgo con sus marionetas bailarinas y los personajes del vendedor de lotería y del mangui, creados con fuerza, convicción y gancho, y algo desaprovechado el mendigo, cuya única misión parece la de sacar el transistor que da voz a la emisora de radio y nos da la información del paso del tiempo y de algunas acciones.
Total, que Isi, Vicente, Jesús, Álvaro y José Gabriel hacen de manera impecable lo que mejor saben hacer: que el espectador olvide dentro y fuera del teatro sus problemas, ni más ni menos. Al menos ese parece el objetivo de este montaje. Seguro que cualquier programador estará encantado de llevar a su teatro una propuesta que hace reír casi de principio a final.

¿Y el público? Muy entregado desde la escena de presentación, muy engrasada y ágil. Por cierto, muy cinematográfica y con toques de cómic. Éxito y abrumadores aplausos. Así es que dejémonos de gestos inútiles. En pocas palabras: Show Park, de Spasmo Teatro, funciona con el espectador. Bueno, y con algo más de hilazón y consistencia. ¿Para qué quieren más?

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