martes, 10 de junio de 2008

Warum, Warum


Dirección: Peter Brook
Fecha: 09/06/2008
Teatro: Caja Duero
Aforo: Lleno

Una lección

Si hay algo que caracteriza al teatro es el actor frente al público. Ese es el quiz de la cuestión. Un actor interpretando un texto y un público escuchando, viendo, mirando, entendiendo. Esa es la esencia del teatro. Una vez que se apagan las luces, el actor sube al escenario y el público asiste en silencio a lo que allí se representa, los demás tenemos poco que decir. Si acaso antes o después, pero nunca durante. Ni el director, ni el productor, ni el diseñador de luces, ni el escenógrafo, ni el autor, ni la crítica, ni nadie. Ese diálogo es sagrado.

Y Peter Brook lo tiene claro. En Warum Warum, un homenaje a Meyerhold, está la esencia del teatro del Señor Brook, de ese ‘teatro sagrado’ del que él habla en ocasiones, del ‘teatro de lo invisible-hecho-visible’. Y ahí está la lección de este director tamizada por lo que era la escena para el director ruso: escenarios desnudos, objetos en vez de decorados y el movimiento intencionado previamente.

El resto lo hace una espléndida actriz que se come a todo el que pase por allí. Una lección de interpretación, de matices, un lujo para los que asistimos a la representación. Y para darle el tono de sagrado, un músico que con un instrumento absolutamente oriental nos introduce en ese mundo de lo esencial, y vuelvo a repetirme, de lo sagrado.

A mí el montaje me gustó, pero intuyo que tiene determinados códigos que no todos sabemos descifrar. Esa intención metafísica disfrazada de monólogo con los discursos que en su vida hizo el fusilado por Stalin, Meyerhold, creo que no puede llegar a todo el mundo, aunque creo que no engaña a nadie y a nadie pretende engañar. Es una lección, desde mi punto de vista, magistral de lo que es el teatro para Peter Brook.

Y a ello suma la mala leche con la que está hecho el espectáculo. Fina ironía sobre los defectos de muchos de los que creemos hacer teatro y la escena final, en la que nos deja a todos deseando saber cuál es la palabra, la respuesta final, la resolución que nos dé la clave para hacer teatro de forma redonda, perfecta. ¿Cuál es? ¡Ah!, no tengo ni idea.

2 comentarios:

Jorge Rú dijo...

Matiz: el instrumento "absolutamente oriental" es de fabricación y patente suiza... Se llama Hang y está inspirado en los "steel drums" antillanos que le dan ese toque jacarandoso a los anuncios de piña colada y Malibú. Aunque el hang es mucho más intimista e hipnótico. Para quién flipó ese día con él, si buscáis hang o hang mucis en google o youtube encontraréis músicas y hasta dónde comprarlo de 2ª mano (por unos 900 1000 euros) Porque para comprarlo de 1ª hay que irse hasta suiza y hacer más de 1 año de lista de espera y una entrevista!!!!! Hay unas imitaciones israelíes pero...

El friki de la percu

Jorge Rú dijo...

Fe de erratas: quise decir hang music, no mucis...