Compañía: Young Jean Lee’s Theater company
Fecha: 13-06-2008
Teatro: Caja duero
Aforo: Media entrada
¡Aleluyah!
A veces, las cosas no son lo que parecen y los comienzos dicen mucho más de lo que auno podría parecer. En cuanto escuché y vi el vídeo que abre esta ‘Songs of theDragons flying to Heaven’, de Young Jean Lee’s Theater company sabía que ese comienzo era muy importante. Es más, sabía que el montaje me iba a gustar. Es teatro actual, fresco y con ritmo. Una conversación en oscuro nos introduce en lo que parece ser la grabación de unvídeo en el que un hombre golpea secamente a una mujer. Los golpes se escuchan unotras otro. Inmediatamente, se ve el vídeo en el que la directora del espectáculo esgolpeada mientras ella intenta mantener la compostura. En ningún momento demuestrael dolor que siente. Se lo guarda. Gran metáfora de la ira contenida que sentimoshacia muchas de las cosas que nos rodean habitualmente. Gran comienzo. Y muy indicativo de lo que vendrá después, porque el espectáculo es un alegato contra elracismo, pero, desde mi punto de vista, lo es más sobre el odio y la rabia hacianosotros mismos y sobre la intolerancia con cualquiera que no piense como nosotros. Después del comienzo un monólogo sobre los coreanos. Sólo por eso ya merece la penael espectáculo. Y después el resto de los diálogos y de las coreografías y cancionesprotagonizadas por cuatro coreanas y dos estadounidenses (bueno, dos blancos).
En principio no tienen nada que ver, pero para mí sí. En realidad todos y todasdicen lo que realmente piensan y sienten. No son políticamente correctos. Y lo hacende diferentes maneras. La protagonista coreana lo hace a la cara, crudamente. No se corta un pelo. Si piensa que eres un mierda te lo dice y ya está. Los americanos o los blancos, como ustedes quieran, hablan de sus problemas y de sus neurosis dependiendo, pero siendo muy crueles. Son racistas hasta con los de su propia raza,con su novia o con su marido. Son intolerantes y tienen una ira contenida que estándeseando expulsar. En este montaje esas personas encuentran su canalización.
Buena interpretación, mejor dirección, una música adecuada y una sana capacidad parareírse de sí mismos. Lo único que no me gustó fue el diseño de las luces. Una granobra. ¿Crítica? Sí. ¿Parodia? También. ¿Texto? Por supuesto. ¿Teatro? ¡Aleluyah!
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