sábado, 12 de septiembre de 2009

Mamma Mia


Fecha: 10-09-09
Teatro: CAEM
Aforo: Lleno

Así me va

Lo reconozco. Debo ser yo el que estoy equivocado. Cuarenta millones de personas que han visto este espectáculo no pueden estarlo. ¿Por qué, entonces, me empeño en decir en este artículo que Mamma Mia! no me gustó en absoluto?

Pues por esto. Concierto encubierto. Interpretaciones salidas de una mala película del oeste. Contenido nulo y mal desarrollado. Canciones famosas correctamente cantadas. Coreografías bien desarrolladas y multitudinarias. Casting mal elegido. Un envoltorio muy bonito, pero absolutamente vacío de cualquier elemento de interés.

Concierto encubierto porque se desgranan uno a uno los grandes éxitos de Abba sin ton ni son y con poco acierto en el libreto, determinado por unas letras que, no nos engañemos, tienen muy poca profundidad lírica y dramática.

Interpretaciones salidas de una mala película del oeste porque todos hablan sin naturalidad, como si estuvieran en el salón de Devil City justo antes de un duelo entre el sheriff y un asaltador de bancos. Especialmente los personajes de Dona y de Sam.

Contenido nulo y mal desarrollado porque la historia, por mucho que queramos, carece de contenido dramático verdadero, la hemos visto cincuenta mil veces mejor desarrollada, adolece de credibilidad, es puro caramelo endulzado a mayores y no tiene fuerza suficiente como para durar más de dos horas.

Canciones famosas correctamente cantadas porque lo son y porque lo están.

Coreografías bien desarrolladas y multitudinarias porque es así y porque es lo que le gusta al público.

Casting mal elegido porque, aunque el personaje de Sofie canta bien, no parece lo que tiene que parecer. Se asemeja a una niña de quince años en vez de a una mujer de veinte, que es lo que exige la historia, lo que la convierte en algo surrealista. Su cuerpo y su voz no reflejan el personaje que exige lo que allí se está contando. Demasiado infantil.

Resultado: Un envoltorio muy bonito, pero absolutamente vacío de cualquier elemento de interés y un teatro repleto puesto en pie y enfervorecido con todo lo que allí vimos. El equivocado debo ser yo, aunque no me baje del burro. Así me va.

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