Compañía: Kuro Neko
Fecha: 02-04-09
Teatro: Sala B del CAEM
Aforo: Tres cuartos
Fecha: 02-04-09
Teatro: Sala B del CAEM
Aforo: Tres cuartos
Buenas ideas, pero...
¿Por qué no se le pueden decir a los amigos las cosas que están bien de su espectáculo y las que están mal? Aquí estamos para eso, ¿no? Aunque, como en este caso, me inclino a pensar que abundan más las segundas. Una lástima.
Y es que Josetxu Morán, actor y director de amplia trayectoria en Salamanca, ha trufado su Eclowsión con algunas buenas ideas, mezcladas con el teatro de clown y de cuerpo (mimo) de siempre: el cantautor al que dios le clava en la cruz, la corrida de toros, incluso alguna de las escenas de títeres que se desarrollan en el segundo plano del escenario… Esas escenas y algunas más tienen una muy buena perspectiva que se derrumba en su desarrollo, algo caótico y poco estructurado en la dirección artística y técnica.
La disciplina de la dirección y la falta de ritmo es lo que le falta a un montaje que parece poco preparado para las posibilidades que tiene. Lo primero es, quizás, es en lo que Josetxu debería dejarse hacer para no perder la perspectiva de una propuesta que se queda en sólo eso: un bosquejo o croquis al que, alguien mirando desde fuera, desde el patio de butacas, podría haber sacado mucho más partido del que al final obtiene. Muchas veces no se puede estar a todo, no se puede controlar todo.
La falta de ritmo, elemento fundamental en un espectáculo que tiene escenas tan claramente delimitadas, viene lastrada por las transiciones, tanto teatrales como técnicas y sonoras.
Eso sí, no se le puede exigir más entrega en escena a un actor cuya trayectoria viene dada por el sacrificio de muchas facetas vitales con el fin de poder vivir de un oficio que da muchas alegrías, pero también sinsabores y ‘eclowsiones’ por doquier, como bien saben muchos de los que se dedican a él. Por mucho que, desde fuera, parezca lo ideal para pasar por este mundo dejando una huella digna y que trascienda.
Y es que Josetxu Morán, actor y director de amplia trayectoria en Salamanca, ha trufado su Eclowsión con algunas buenas ideas, mezcladas con el teatro de clown y de cuerpo (mimo) de siempre: el cantautor al que dios le clava en la cruz, la corrida de toros, incluso alguna de las escenas de títeres que se desarrollan en el segundo plano del escenario… Esas escenas y algunas más tienen una muy buena perspectiva que se derrumba en su desarrollo, algo caótico y poco estructurado en la dirección artística y técnica.
La disciplina de la dirección y la falta de ritmo es lo que le falta a un montaje que parece poco preparado para las posibilidades que tiene. Lo primero es, quizás, es en lo que Josetxu debería dejarse hacer para no perder la perspectiva de una propuesta que se queda en sólo eso: un bosquejo o croquis al que, alguien mirando desde fuera, desde el patio de butacas, podría haber sacado mucho más partido del que al final obtiene. Muchas veces no se puede estar a todo, no se puede controlar todo.
La falta de ritmo, elemento fundamental en un espectáculo que tiene escenas tan claramente delimitadas, viene lastrada por las transiciones, tanto teatrales como técnicas y sonoras.
Eso sí, no se le puede exigir más entrega en escena a un actor cuya trayectoria viene dada por el sacrificio de muchas facetas vitales con el fin de poder vivir de un oficio que da muchas alegrías, pero también sinsabores y ‘eclowsiones’ por doquier, como bien saben muchos de los que se dedican a él. Por mucho que, desde fuera, parezca lo ideal para pasar por este mundo dejando una huella digna y que trascienda.
1 comentario:
Estoy absolutamente de acuerdo en casi todo tu comentario(tampoco voy a ser absolutamente condescendiente con tus opiniones)y, por supuesto a un amigo (gracias por lo que me toca; y tu más)no solo se le puede, sino que se le debe decir lo que uno piensa.
Gracias.
Josetxu Morán.
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