viernes, 8 de mayo de 2009

Tocata y fuga en fu renol


Compañía: Zanguango Teatro
Fecha: 07-05-09
Teatro: CAEM Sala B
Aforo: Dos tercios

Ositos de peluche

Mi psicoanalista dice que los sueños son muy importantes. Me insiste: ‘¿Y dices que tu madre llevaba barba y fumaba en pipa? ¿Cómo es que aquel toro te hablaba con la voz de tu novia?’ No sé. El caso es que yo hoy he soñado con la cárcel… y me sentía bien. No, no se preocupen que no me ha dado por soñar con jabones que se caen por el suelo en las duchas o con carceleros turcos que hacen dar miles y miles de vueltas a un patio circular.

Lo que pasa es que acababa de ver Tocata y fuga en fu renol, de Zanguango Teatro, montaje teatral-musical sencillo, fresco, divertido, con su puntito de mala leche y con unos personajes que se hacen querer tiernamente. Por poner alguna pega, creo que el monólogo justificativo en el que se habla de los presos como personas que sufren, sienten y padecen sobra por evidente. Pero, sólo por poner una pega.

Y es que esta disparatada historia del correccional de San Dimas, que intenta corregir a tres presos a base de enseñarlos a cantar, es un ejemplo de espectáculo desenfadado y con enjundia.

Eso sí, lo mejor, desde mi punto de vista, son los personajes, que tienen mucha chicha y dan juego al espectador para que inmediatamente les coja cariño y los adopte como si fueran ositos de peluche. Esa es la gracia de este espectáculo y, por eso mismo, sobra el discurso pseudosocial del tramo final. Todos hemos captado el mensaje y lo hemos aceptado al conocer las tragicómicas historias de unos seres que te enganchan sin remedio.

Destaca también los juegos con el lenguaje del texto del carcelero. Muy típicos, pero muy buenos. ¿Quién dijo que no se podía triunfar con lo clásico? Eso es lo difícil. Ese es el reto.

Vayan a verla -incluido mi psicoanlista- si tienen oportunidad y seguro que se olvidan por un rato de todos sus problemas. Tanto, que estarán deseando ir directos a la cárcel. Bueno, siempre que sea la de San Dimas y que tenga unos presos tan maravillosos y dignos como los de Zanguango.

1 comentario:

Anónimo dijo...

De nuevo en la trena, y con quince años por delante para reflexionar, vi tu comentario sobre tocata y fuga, gracias por tus palabras, aunque al llamarnos ositos de peluche empieza a preocuparme como serían tus juguetes de la infancia...tu psicoanalista debería afrontar el reto de tratar al compañero Santi...esperamos tu visita y, como no, un abrazo y cariño. Darko