lunes, 8 de febrero de 2010

Calígula


Compañía: L’om Imprebís
Fecha: 05-02-10
Teatro: Liceo
Aforo: Lleno

O viceversa

Voy a hablarles en primer lugar de lo que vi: un elemento arquitectónico alargado, negro y metálico llamado columna. ¡Qué hierática! ¡Qué composición del personaje esa columna del Teatro Liceo que dividía el escenario como la mejor! Muy difícil su papel, porque a pesar de los insultos por mi parte y por la de otros muchos que la tuvieron que sufrir (a ella o a otras como ella, que hay muchas y son como una plaga) aguantó el tipo durante todo el espectáculo fiel a su cometido. De Premio Max, ya les digo. ‘Eso es una columna y no las de otros’, debió pensar el arquitecto y el que se lo permitió al arquitecto.

Y por lo demás, gran texto el de Camus, muy para escuchar (con una columna delante, ya me dirán ustedes). Lleno de lucidez y poesía intelectual, pero muy apegado a la tierra y con pasajes en los que a pesar de las barbaridades que se le ocurren al personaje principal, te está convenciendo y llevando por su camino, el de la búsqueda de la libertad que te devora y que te mata recubriéndote de mierda cada vez más espesa: el de la dictadura.

Y ese es el secreto de este montaje de L’om Imprebís, que nos regala un Calígula clásico y tenso, muy bien dicho, muy bien interpretado y con un movimiento escénico de los de ayer, hoy y mañana. Sin alharacas, y con una iluminación que ilumina, lo cual es un mérito en estos tiempos que corren, este montaje es un homenaje al teatro de texto que se ha visto toda la vida. Puede que no emocione hasta el paroxismo, pero por lo menos se ve que por debajo hay una idea clara: expongamos de forma sencilla nuestro trabajo, del resto ya se encarga el gran texto de Camus, que más moderno no se puede ser.

Y eso es lo mejor de todo, que la propuesta no enmascara nada, aunque pudiera parecerlo. Va a pecho descubierto a su encuentro con el espectador y a fe que éste se lo agradece. No obstante, se echan de menos algunas composiciones más complejas tanto de personajes como de escenas, escasamente rematadas en la emoción final. O eso me pareció a mí, pero como tenía la columna entre medias…

Y no te preocupes elemento arquitectónico alargado, negro y metálico, que, como dice Calígula, 'Eres tan puro en el bien como yo lo soy en el mal...' o viceversa.

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