Dirección: Ángel Fernández Montesinos
Fecha: 24-10-2008
Teatro: Liceo
Aforo: Tres cuartos
Una ñoñería
La imaginación lo es todo en esta vida. ¡Sin imaginación no se hubieran inventado tantas cosas! La rueda, la siesta, el submarino, la fregona, el chupa-chups, el trabajo, los helados de nata, el teatro… Tener imaginación te permite cualquier cosa, aunque sea ahí dentro. De ti mismo, me refiero.
El autor de MI hijo y yo, J. M. Barrie, también es el creador de Peter Pan, que ha dado lugar a miles de representaciones, películas y, por qué no decirlo, síndromes. Y lo que caracteriza esa pieza es la imaginación, los deseos y anhelos supremos de las personas por permanecer felices para siempre. Y miren por donde, la protagonista de la obra que nos ocupa es una soñadora, una mujer que, en medio de la Primera Guerra Mundial, prefiere imaginar y presumir de que tiene un hijo alto, guapo y fuerte, que lucha junto a sus compañeros del mejor regimiento británico del momento, a tener que enfrentarse a la realidad de una terrible soledad diaria. ¿El resultado? Una ñoñería.
Sí, sí no me miren así. Una ñoñería que puesta en escena sigue siendo… una ñoñería costumbrista (empezando por ‘los chistes’ y la excesiva moralina y terminando por el final absolutamente previsible) por mucho que María Fernanda D’Ocón defienda más que dignamente, junto a sus compañeras y compañeros de reparto, un texto lleno de pastel y beatitud infantil y vacío de interés teatral lo mires por donde lo mires. Y más si se fuerza tanto el punto de giro de la trama, cuando se encuentran por primera vez los falsos hijo y madre.
Jamás imaginé que iba a decir esto, pero lo mejor que tiene este montaje de Ángel Fernández Montesinos es que no tiene ningún argentino entre sus intérpretes, lo cual es un mérito en estos tiempos, y que no habla de la crisis financiera, no les digo más. Soñaré que el próximo montaje al que acuda sea bastante mejor. ¡Ojalá!
1 comentario:
Doña María Fernanda D´Ocon, gran actriz, prestigiosa actriz
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