Dirección: Enrique Culebras
Fecha: 19-03-09
Teatro: Liceo
Aforo: Tres cuartos
Fecha: 19-03-09
Teatro: Liceo
Aforo: Tres cuartos
Indignante
No sabía que había vuelto a programarse el Certamen de Teatro Lauro Olmo y que, además, se representarían las obras participantes en el Liceo. Ya les gustaría a muchos haberlo hecho en aquella época. Lo digo porque parece que el montaje que vimos el Día del Padre en este respetable teatro salmantino más bien parecía que optara al primer premio de esa añorada muestra en vez de ser una obra profesional y con entidad suficiente. Y, amigos, eso hay que avisarlo.
Empezando por la escenografía, horrorosa y cutre, que ya te anuncia lo que te vas a encontrar, siguiendo por una dirección plana y absolutamente infantil y siguiendo por una interpretación algo menos que naturalista (por decir algo), Posdata: tu gato ha muerto es el claro ejemplo de lo que un programador nunca debe llevar a ningún teatro. Un tropezón lo tiene cualquiera, pero el prestigio de un espacio escénico se va al traste por la suma de algunos traspiés como éste.
Basada en una novela de James Kirkwood, esta historia, la de un actor cuya novia le deja en Nochevieja, justo el mismo día en el que su gato muere, le despiden de los dos precarios trabajos que tiene y le entran a robar por tercera vez, queda machacada desde la primera frase, desde el primer momento en que se encienden las luces. Escenas como la pelea entre el ladrón, que unas veces habla con acento de Valladolid y otras en andaluz de los hermanos Quintero, y el actor en paro son indignantes.
Es más, si en el texto hay cosas que pueden dar juego, como el retrato del mundo actoral o como el de la homosexualidad del ladrón, lo que podría dar lugar a que el protagonista se planteara su propia tendencia o visión del mundo, este montaje se encarga de anularlas totalmente y, me atrevería a decir, de estropearlas confundiendo al sufrido espectador. No se puede hacer una lectura de un texto como si estuviésemos en un grupo de teatro de un colegio: superficial, frívola e indignante.
El estreno era absoluto, y el fracaso, ¿me temo?, también. Lo dicho: indignante.
Empezando por la escenografía, horrorosa y cutre, que ya te anuncia lo que te vas a encontrar, siguiendo por una dirección plana y absolutamente infantil y siguiendo por una interpretación algo menos que naturalista (por decir algo), Posdata: tu gato ha muerto es el claro ejemplo de lo que un programador nunca debe llevar a ningún teatro. Un tropezón lo tiene cualquiera, pero el prestigio de un espacio escénico se va al traste por la suma de algunos traspiés como éste.
Basada en una novela de James Kirkwood, esta historia, la de un actor cuya novia le deja en Nochevieja, justo el mismo día en el que su gato muere, le despiden de los dos precarios trabajos que tiene y le entran a robar por tercera vez, queda machacada desde la primera frase, desde el primer momento en que se encienden las luces. Escenas como la pelea entre el ladrón, que unas veces habla con acento de Valladolid y otras en andaluz de los hermanos Quintero, y el actor en paro son indignantes.
Es más, si en el texto hay cosas que pueden dar juego, como el retrato del mundo actoral o como el de la homosexualidad del ladrón, lo que podría dar lugar a que el protagonista se planteara su propia tendencia o visión del mundo, este montaje se encarga de anularlas totalmente y, me atrevería a decir, de estropearlas confundiendo al sufrido espectador. No se puede hacer una lectura de un texto como si estuviésemos en un grupo de teatro de un colegio: superficial, frívola e indignante.
El estreno era absoluto, y el fracaso, ¿me temo?, también. Lo dicho: indignante.
4 comentarios:
Por una vez estoy de acuerdo contigo.
Deben existir "intereses" (políticos, sociales ,económicos y culturales) para que se publique una critica así.
Es más, ningún critico de clase, culto, con conocimientos, y con obras vistas en sus espaldas, realizaría una critica semejante,sencillamente,
porque es "descarada".
No puede creerse lo que dice, la información lamentablemente es vulgar y trata de empobrecer y humillar la totalidad de la obra.
Quitémosle la cara a los verdugos.
Ellos tambien son hijos de nadie.
Y hay algo que me molesta aún más de este "señor Carlos Vicente" (que aún no le conozco, y espero no tener que conocer) cuando se refiere y dice en su nota:…"…grupo de teatro de un colegio, superficial,frívolo, e indignante …"…
Humilla, menosprecia, menoscaba, trata de tontos, torpes, carentes, carenciados, estúpidos, infantiles, idiotas, frívolos, superficiales, y tarados, a los estudiantes de los colegios.
Sin palabras.
Menospreciar, desmerecer, tratar de idiotas, a los estudiantes de un colegio es de descarados.
Deberían controlar más a los que publican ciertas notas en la prensa.
Hay artículos que dan vergüenza.
Y este es uno.
Ojalá esta obra sea vista por todos los estudiantes de instituto.
No descreo del montaje que critica ni de las capacidades de sus interpretes o director.
Descreo, eso sí, y con creces,
de tipos como este critico que comparan una obra de teatro con los trabajos realizados en los colegios.
Lo cutre, lo podrido, seguramente es lo que este tipo lleva dentro: un director fustrado.
Un abrazo a todos los amigos de este foro.
La resistencia es de los que crean (de crear), no de los que critican.
un abrazo.
sil.
Pues yo no estoy de acuerdo contigo! A mi la obra me gustó mucho, la verdad. Lo mismo es que no entiendo tanto pero como espectadora, me gustó y me pareció muy bien que traigan obras así. Es verdad que se veía más modesta que otras cosas que a veces traen, más aparentes, pero estuvo muy entretenida y tuvo golpes muy buenos. El personaje que hacía dos cosas me pareció un gran profesional, hasta dudé que fuera el mismo, así como el que estaba atado todo el tiempo, lo hicieron muy bien. Creo que no hay que ser tan estricto con las críticas, hay que ver de todo y sacarle lo bueno a todo, porque todo lo tiene. Es solamente una opinión.Por si sirve.
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