lunes, 16 de junio de 2008

¡Adelante!

Lo primero es lo primero. La programación teatral de sala de este IV Festival Internacional de la Artes de Castilla y León ha sido, desde mi punto de vista, más floja que las de otras ediciones, especialmente buena me pareció la de 2007. Ha sido un programa del que se han salvado pocos montajes. A saber: Songs of the Dragon Flying to Heaven, la mejor, Petites Histoires.com, la más emocionante, Warum, Warum, la que mejor dirigida estaba, y El dragon azul, la más espectacular técnicamente. No obstante, quiero destacar otros tres montajes interesantes: Bonanza, a pesar de todo tenía mucho teatro dentro, H3, un buen ejercicio de danza, y Deep y Trío, muy bien técnicamente.

El resto ha sido decepcionante: Anjo negro es la que menos me ha gustado y le siguen Don Quijote contra el ángel azul, Wewilllisvestorm, Tempest II y Time Republic. Hubo dos que no vi y de las que, evidentemente, no puedo hablar. Lo que sí puedo decir es que a todas las une una cosa. El aburrimiento. Todas eran bastante tediosas y sin gancho. No había nada que te atrajera y enseguida empezabas a mirar el reloj. Y mira que algunas duraban apenas una hora.

El resultado ha sido: menos público en las butacas, más aburrimiento y menos ilusión a medida que pasaban los días. Pero ya se sabe, unas veces se acierta y otras se falla. En este caso el sabor de boca que queda ha sido peor que otras veces, pero seguro que remontará el vuelo.

En lo que sigo en mis trece es que defenderé a muerte este Festival por las razones de siempre y por las que vendrán. Salamanca necesita abrirse al mundo y este festival es fundamental para limpiar el aire viciado y provinciano que nos asfixia, a mí el primero. Si queremos que esta ciudad sea universal y moderna queremos este Festival, que hay que entender desde el punto de vista de que nos ofrece nueva tendencia. En eso me llevaré palos de los agoreros que protestan por los millones que se lleva este festival y no se llevan ellos y sus amigos, de los que dicen amar el teatro y el arte y nunca (ni antes, ni durante, ni después), se les ve por el Liceo, el CAEM o Caja Duero, y de los que lo querrían dirigir y nunca lo harán. Bienvenido sea este soplo. ¡Adelante!

Por cierto, enhorabuena a los autores de la página Web y la imagen del festival. Muy buenas.

domingo, 15 de junio de 2008

Anjo Negro


Dirección: Frank Castorf
Fechas: 14/06/2008
Teatro: CAEM
Aforo: Dos tercios
Fea y aburrida

Resulta que va uno al teatro alegre y contento después de ver el gol de Villa en el último minuto y se encuentra con esto. No hay derecho, hombre. No hay derecho. Dos horas y cuarto soportando un tostón que no se salva ni con la excusa de no tener el vestuario. Esfuerzo encomiable, pero infrucutoso. Victoria pírrica, sobre todo para el público que aguantó hasta el final.

No sé qué es más aburrido, si este montaje de Frank Castorf, un partido amistoso con prórroga y penaltis de la selección española o tres horas sin descanso de teatro balinés.Podemos estar de acuerdo en que es expresionismo. Perfecto. Podemos estar de acuerdo en que es más teatro que otros montajes. Perfecto.

En lo que no puedo estar de acuerdo es en que para hacer expresionismo haya que estar dos horas y cuarto dando voces. En lo que no puedo estar de acuerdo es que para transmitir al espectador los sentimientos del autor haya que gritar todo un espectáculo. En lo que no estoy de acuerdo es que para provocar haya que contar una historia absolutamente aburrida. Una cosa es la provocación y otra cosa es el aburrimiento. Anjo negro ni provoca ni transmite: aburre y es fea por muchos desnudos, violaciones y escupitajos que uno introduzca.

Es más, las supuestas referencias al propio teatro, como las conversaciones de los intérpretes con los cámaras que retransmiten en directo algunas partes del montaje, son de lo más naif que se ha visto últimamente por estos lares. Eso sin contar que el que metía los subtítulos no acertó ni una.
Por salvar algo, debemos decir que tiene dos pequeñas escenas en alemán muy líricas y con emoción.

Eso sí, había conflicto, sangre, celos, crucifixiones, muchos intérpretes en escena, a los cuales no se les vio sus dotes interpretativas escondidos tras sus gritos pelados, diseño de luces… lo que yo no vi fue mucho teatro.

Songs of the Dragons flying to Heaven


Compañía: Young Jean Lee’s Theater company
Fecha: 13-06-2008
Teatro: Caja duero
Aforo: Media entrada
¡Aleluyah!

A veces, las cosas no son lo que parecen y los comienzos dicen mucho más de lo que auno podría parecer. En cuanto escuché y vi el vídeo que abre esta ‘Songs of theDragons flying to Heaven’, de Young Jean Lee’s Theater company sabía que ese comienzo era muy importante. Es más, sabía que el montaje me iba a gustar. Es teatro actual, fresco y con ritmo. Una conversación en oscuro nos introduce en lo que parece ser la grabación de unvídeo en el que un hombre golpea secamente a una mujer. Los golpes se escuchan unotras otro. Inmediatamente, se ve el vídeo en el que la directora del espectáculo esgolpeada mientras ella intenta mantener la compostura. En ningún momento demuestrael dolor que siente. Se lo guarda. Gran metáfora de la ira contenida que sentimoshacia muchas de las cosas que nos rodean habitualmente. Gran comienzo. Y muy indicativo de lo que vendrá después, porque el espectáculo es un alegato contra elracismo, pero, desde mi punto de vista, lo es más sobre el odio y la rabia hacianosotros mismos y sobre la intolerancia con cualquiera que no piense como nosotros. Después del comienzo un monólogo sobre los coreanos. Sólo por eso ya merece la penael espectáculo. Y después el resto de los diálogos y de las coreografías y cancionesprotagonizadas por cuatro coreanas y dos estadounidenses (bueno, dos blancos).
En principio no tienen nada que ver, pero para mí sí. En realidad todos y todasdicen lo que realmente piensan y sienten. No son políticamente correctos. Y lo hacende diferentes maneras. La protagonista coreana lo hace a la cara, crudamente. No se corta un pelo. Si piensa que eres un mierda te lo dice y ya está. Los americanos o los blancos, como ustedes quieran, hablan de sus problemas y de sus neurosis dependiendo, pero siendo muy crueles. Son racistas hasta con los de su propia raza,con su novia o con su marido. Son intolerantes y tienen una ira contenida que estándeseando expulsar. En este montaje esas personas encuentran su canalización.
Buena interpretación, mejor dirección, una música adecuada y una sana capacidad parareírse de sí mismos. Lo único que no me gustó fue el diseño de las luces. Una granobra. ¿Crítica? Sí. ¿Parodia? También. ¿Texto? Por supuesto. ¿Teatro? ¡Aleluyah!

viernes, 13 de junio de 2008

Time Republic


Compañía: andcompany&Co.
Fecha: 12/06/2008
Teatro: Liceo
Aforo: Media entrada

Un mal viaje

Un mal viaje lo tiene cualquiera. Te metes cosas que no controlas y… pasa lo que pasa. El ácido es lo que tiene, que pasó de moda hace mucho tiempo y unas veces sale bien y otras mal. De repente te da por experimentar y no controlas. Empiezas a ver cosas que te parecen maravillosas y cuando ves el resultado, el resultado no se atreve a verse a sí mismo.

No, no se preocupen. No he tomado nunca drogas y no iba a empezar a tomarlas ahora. Los que parece que sí se las tomaron cuando creaban este espectáculo son los chicos de andcompany&Co., a los que les ha salido un espectáculo naif, sesentero, bien intencionado y, sobre todo, muy infantil: Time Republic.

Otra explicación no hay para crear un montaje sobre el Sputnik, excusa para hablar de la sociedad de los años sesenta, de la política, de la Guerra Fría, del estallido social y sexual, de mayo del 68 y de otros acontecimientos sociales de la época. Buenos temas, en realidad. Buena base, ¿no? Pues efectivamente: no.

Y mira que hay algunas partes que tienen ritmo y que enganchan, como en la que relatan las razones de la crisis de los misiles cubanos, y partes con cierta ironía, como cuando se sientan todos a cantar una canción folk en paz y armonía o recuerdan el asesinato de John Lennon.

Y es que este montaje es un ejercicio, un juego en el que se ha intentado recrear una época desde el punto de vista menos interesante: el vestuario mezcla de los Bee Gees y Judas en Jesucristo Superstar, la música, los colorines de los artilugios luminosos que utilizan para semejar la psicodelia de la época, los sombreros gigantes…

Unas veces teatro leído, en el que se enciende una bombilla cada vez que habla un personaje, o actor, o lo que quiera que represente, otras veces performance hippie (si es que eso existe), otras discurso con discursos, este Time Republic se queda en una simple anécdota aburrida, triste y fúnebre que no dice nada ni, por supuesto, interesa a nadie. Y mira que el viaje prometía, pero… se estrelló.

jueves, 12 de junio de 2008

Don Quijote contra el ángel azul


Compañía: Compagnie Jérôme Savary
Fecha: 11/06/2008
Teatro: CAEM
Aforo: Dos tercios

Indefinición

El Diccionario de la RAE define eclecticismo como ‘Modo de juzgar u obrar que adopta una postura intermedia, en vez de seguir soluciones extremas o bien definidas’. Me quedo con la última parte, la de las soluciones bien definidas. Y es que este espectáculo de la Compagnie Jérôme Savary, Don Quijote contra el ángel azul, se queda en cierta indefinición, en cierta falta de ese puntito que necesita un espectáculo para ser eso, un buen montaje.

Los mimbres los tiene. Buenos actores que saben perfectamente lo que hacen y lo hacen bien, sobre todo un maestro de ceremonias que está absolutamente a gusto con el papel que representa, buenos músicos, irreverencia, desenfado y un inconfundible aroma a teatro-circo chino que nos retrotrae a épocas en las que las ferias de ciudades y pueblos acogían este tipo de espectáculos en los que se mezclaba el teatro, la revista, las atracciones seudoeróticas, la mujer barbuda, los telones de tela pintada, el contorsionista cojo o el enano transexual.

Parece que todo está bien, pero el espectáculo envía el mensaje de que le falta fuerza. A pesar de ese totum revolutum en principio divertido en el que se mezcla a Don Quijote con pistolas y a Sancho Panza deseando entrar en el primer puticlub de carretera que encuentren, a bailarinas de can can con magos de tres al cuarto, a chistes burdos sobre políticos con atracciones cutres de barraca, la sensación que te queda es de que le falta ese punto que otorga a un show el estatus de genial. Y eso que es bueno matar de vez en cuando a los mitos, pero tanta casposidad franchute-cañí te lleva a la confusión. Además, la suciedad de las entradas y salidas de escena, de los telones que caen sin ton ni son dan cierta sensación de dejadez, de que aquello no es buscado.

No es que esté diciendo que yo lo hubiera hecho de otra manera, es que un show que podía tener mucha potencia te decepciona y te confunde porque se queda en la indefinición de lo que quiere transmitir porque, al final, nadie sabe si lo que vio es un homenaje, una denuncia o una parodia y eso, amigos, denota en la mayoría de las ocasiones falta de personalidad.

martes, 10 de junio de 2008

Warum, Warum


Dirección: Peter Brook
Fecha: 09/06/2008
Teatro: Caja Duero
Aforo: Lleno

Una lección

Si hay algo que caracteriza al teatro es el actor frente al público. Ese es el quiz de la cuestión. Un actor interpretando un texto y un público escuchando, viendo, mirando, entendiendo. Esa es la esencia del teatro. Una vez que se apagan las luces, el actor sube al escenario y el público asiste en silencio a lo que allí se representa, los demás tenemos poco que decir. Si acaso antes o después, pero nunca durante. Ni el director, ni el productor, ni el diseñador de luces, ni el escenógrafo, ni el autor, ni la crítica, ni nadie. Ese diálogo es sagrado.

Y Peter Brook lo tiene claro. En Warum Warum, un homenaje a Meyerhold, está la esencia del teatro del Señor Brook, de ese ‘teatro sagrado’ del que él habla en ocasiones, del ‘teatro de lo invisible-hecho-visible’. Y ahí está la lección de este director tamizada por lo que era la escena para el director ruso: escenarios desnudos, objetos en vez de decorados y el movimiento intencionado previamente.

El resto lo hace una espléndida actriz que se come a todo el que pase por allí. Una lección de interpretación, de matices, un lujo para los que asistimos a la representación. Y para darle el tono de sagrado, un músico que con un instrumento absolutamente oriental nos introduce en ese mundo de lo esencial, y vuelvo a repetirme, de lo sagrado.

A mí el montaje me gustó, pero intuyo que tiene determinados códigos que no todos sabemos descifrar. Esa intención metafísica disfrazada de monólogo con los discursos que en su vida hizo el fusilado por Stalin, Meyerhold, creo que no puede llegar a todo el mundo, aunque creo que no engaña a nadie y a nadie pretende engañar. Es una lección, desde mi punto de vista, magistral de lo que es el teatro para Peter Brook.

Y a ello suma la mala leche con la que está hecho el espectáculo. Fina ironía sobre los defectos de muchos de los que creemos hacer teatro y la escena final, en la que nos deja a todos deseando saber cuál es la palabra, la respuesta final, la resolución que nos dé la clave para hacer teatro de forma redonda, perfecta. ¿Cuál es? ¡Ah!, no tengo ni idea.

lunes, 9 de junio de 2008

El dragón azul


Dirección: Robert Lepage
Fecha: 08/06/2008
Teatro: CAEM
Aforo: Dos tercios

Bien, pero frío

Antes, cuando la mayoría de los refranes tenían sentido, se decía que alguien que tenía ilusión por algo se sentía como un niño con zapatos nuevos. Ahora, los niños estrenan zapatos cada tres meses y no le dan importancia ninguna a no ser que los que les compren sus padres sean de marca y cuesten más de ciento veinte euros.

Robert Lepage se siente como un niño con juguetes nuevos y lo demuestra en El dragón azul, un alarde técnico como pocas veces uno puede ver. Una película dentro del teatro en el que lo más importante es el envoltorio. Un ejemplo de cómo hacer un montaje de dos horas y cuarto sin que nadie se aburra. Eso sí, el texto se queda un poco corto de emoción y el resultado es algo frío.

Quizás el lenguaje estético tan cinematográfico que utiliza sea el que le confiere ese tono tan alejado, tan distante en algunas ocasiones del público. La historia se queda pequeña en comparación con lo que es el envoltorio y eso le resta importancia a un montaje en el que uno no sabe si los protagonistas son los actores o los técnicos, que con buen criterio salen a saludar y son los que más aplausos se llevan, por otra parte.

Decir que no te gusta Lepage es como decir que Julio Verne no era un escritor de aventuras de las buenas. Lo que, desde luego, no se puede decir es que esto es una obra total, porque carece de lo que carecen la totalidad: de la víscera necesaria para serlo.

Es una buena obra de teatro con momentos estéticos geniales, como el de la nieve, o con efectos especiales muy logrados, como el de los cuadros de Van Gogh, y con los detalles absolutamente cuidados. El sonido de la tetera, sonando de fondo de una forma tan real y tan bien integrada, es para quitarse el sombrero.

Lo que sí me llamó la atención es el fino humor que en algunas partes destila el texto, lo cual es de agradecer. Por cierto, que el triple final es un recurso muy utilizado en el cine y que, en esta ocasión, funciona muy bien en este montaje que está bien, pero que es frío.

viernes, 6 de junio de 2008

Bonanza


Compañía: Berlín
Fecha: 05/06/2008
Teatro: CAEM Sala B
Aforo: Lleno

El debate

El debate es bueno. Que tú dices que sí y yo digo que no, pues bueno. Pero siempre de buenas maneras. Eso sí. Y eso nos enriquece. A ti, a mí, al vecino y a quien sea. Dialogar, recorrer con la mirada y la mente otros puntos de vista, de pensar, de ver las cosas es útil y muy necesario.

Con Bonanza, propuesta de la compañía Berlín, llegó el debate, la discusión o como lo queramos llamar. Llegaron las dudas y las preguntas. O por lo menos para mí, puesto que lo que vimos es cinco pantallas que emiten un documental sobre una ciudad norteamericana de siete habitantes, en la que todo parece idílico, pero no lo es tanto. Todos se llevan a matar. Aquello no es el paraíso terrenal como, en un principio, podría parecer. ¿Es esto una propuesta escénica? ¿No será que sólo es un documental? ¿Es esto arte o simplemente un documental muy bien hecho? ¿Quieren provocar los autores? ¿Puede gustar algo como esto si partimos de determinadas premisas? Etc., etc., etc.

Desde mi punto de vista lo que hace Berlín es una provocación inteligente con su propuesta. Y me explico. Bonanza es un documental cuando tú lo ves ya empaquetado en la sala, pero es una propuesta escénica y teatral en su concepción por dos vías diferentes. La primera, es que la concepción de la sala, con las cinco pantallas y la maqueta del pueblo encima de ellas, en la que con la iluminación se simula el día, la noche, la vida del pueblo dependiendo de lo que ocurra en los vídeos, es bastante teatral. Y la segunda, es que el teatro está dentro de lo que ha grabado el equipo de producción. En realidad, el espacio teatral se está dando en la realidad y se ha grabado antes, los personajes son de carne y hueso, pero se han grabado antes, el guió está ahí, pero se ha grabado antes, los conflictos son reales, pero se han grabado antes.

Es decir, Berlín, hace teatro, pero antes de que nosotros vayamos al teatro y luego nos presenta un deja vù autopersonal, inteligente, arriesgado e impresionista que destaca por su provocadora innovación. Me gustó mucho, no sólo por lo bien que está hecho, sino también por todo lo que esta propuesta significa para este Festival ‘innovador’. ¿O acaso no era teatro cuando veíamos Estudio 1 en la tele?

jueves, 5 de junio de 2008

Wewilllisvestorm


Compañía: Benjamín Verdonck
Fecha: 04/06/2008
Teatro: Liceo
Aforo: Un tercio

Un día interesante

Qué día tan espléndido tuvimos ayer. Empezó a hacer mejor tiempo, aunque nos levantamos con algo de niebla, saqué muchas cosas adelante en el trabajo, hice algunas llamadas interesantes y productivas, leí un artículo en El Adelanto que me gustó mucho, estuve terminando mi máster, que voy un poco retrasado y me tuve que quedar después de trabajar, escribí un rato, leí el blog de Roberto….

… charlé un rato con un par de amigos, quedé con mi novia y me reí mucho con ella, compré tres discos en Radyre, paseé por la plaza y me di cuenta otra vez de lo bonita que es, hablé con Carmen que está un poco nerviosa porque que va a tener dos niños el cinco de junio, Pablo y María que, por cierto, es mi ahijada ¡bienvenida, mi niña!, leí mi correo electrónico en el que tenía cien mensajes de los que ocuparme...

… me acordé de que tengo que comprar una escalera para poder limpiar mejor mi casa, estuve pensando que hace mucho que no voy al Sakana y ya es hora, decidí que ya es hora de comprar algo de ropa, que ando un poco escaso y la crisis no me ha dejado hasta ahora, le eché la ORA al coche, una desgracia como otra cualquiera, miré dos o tres escaparates de zapaterías, tomé una caña, actué para los amigos de Maribelina, que se rieron mucho, y fui al Liceo.

Un día interesante ¿no? ¿Cómo que no, señora? ¿No es esto más interesante que ver cómo alguien monta una mesa del IKEA tornillo tras tornillo? ¿No es más bonito que ver cómo un señor ata todo con cordeles y hace con que juega con ellos? ¿No tiene más sentido mi vida que ver a alguien cómo meticulosamente no hace nada? ¿No es mejor lo que he contado que intentar entender el porqué de una persona que mete la cabeza en una caja y tiene que terminar cosas que no van a ninguna parte? Por favor, contesten que sí, que todo eso que les he contado tiene interés y sentido. Eso sí, el técnico de luces y sonido del montaje tuvo un día bastante mejor que el mío. Se lo aseguro.

miércoles, 4 de junio de 2008

Petit Histories.com


Compañía: ACCRORAP
Fecha: 03/06/2008
Teatro: Liceo
Aforo: Tres cuartos

Oh! La La

Por algo inventaron la alta costura. Por algo son la cuna de la moda. Por algo son los precursores de la cocina de vanguardia. No necesitan ser intelectuales, ni falta que les hace. Estos franceses saben hacer las cosas con finura, con gusto y, sobre todo, con elegancia.

Oh! La La. ¡Qué espectáculo este Petites Histories.com! Te lleva y te trae por donde quiere, como quiere y cuando quiere. ¿Qué más se puede pedir? Tiene verdad, ritmo, emoción, humor, sensibilidad, inteligencia, poesía, finura y elegancia. Utiliza todos los recursos posibles, incluso los tópicos, para hacer que su propuesta resulte bella. Texto, circo, danza, música (qué gran Tom Waits), acrobacia, clown, escenografía: ¡Teatro!

Cada una de las pequeñas historias que nos cuentan los chicos de ACCRORAP es un homenaje nostálgico a la infancia, un canto a la vida, incluso en la tristeza, una pasión descontrolada por la ingenuidad bienintencionada y madura, un deseo de mostrarnos el lado positivo de lo que nos rodea y lo que nos dejó de rodear, una agradable sorpresa para una noche de verano.

Eso sí, si nos atenemos a la filosofía del Festival Internacional de las Artes, esto es lo menos experimental que hemos visto hasta ahora. Es lo más normal, entre comillas, que nos han ofrecido los programadores y, sin embargo, es lo que más ha llegado al corazón. ¿Por qué? Pues porque está bien hecho, incluso tirando de recursos totalmente vistos en muchos espectáculos. No es que los intérpretes sean una maravilla (sobre todo en grupo), es que el espectáculo está bien creado para que, con unos artistas dignos, con unos números bien escogidos, con una filosofía emocional más que racional, el mensaje llegue al público con fluidez. Y eso, amigos, los franceses lo saben hacer de maravilla. ¿No le dan la Legión de Honor a cualquiera que pase por allí y lo hacen suyo para siempre?

No es un espectáculo innovador, le sobra claramente el ‘.com’ al título, pero es un espectáculo. Porque al final, y esto es importante, no te engaña y eso, en estos tiempos de falsa intelectualidad, ya es mucho.

martes, 3 de junio de 2008

Deep y Trio


Compañía: Alpo Aaltokoski
Fecha: 02/06/2008
Teatro: Liceo
Aforo: Media entrada

Trio

Como estamos en un festival de nuevas tendencias y de lo que se trata es de ser innovador, voy a tirar por el lado rebelde y a hablar sobre lo que más me gustó del espectáculo de Alpo Aaltokoski e ir en contra de las corrientes de opinión que había a la salida del teatro. No es que estuviera en desacuerdo, es que me apetece dar otra visión diferente. Nada más.

La parte de 'Deep' me gustó y el señor Aaltokoski tiene mucha presencia y sensibilidad sobre el escenario. Es un artista. Aunque la proyección Milla Moilanen es una muy buena propuesta audiovisual, le quita protagonismo al bailarín, del que parece que se olvida esta performance. Eso sí, el juego de luces está muy cuidado y le va que ni pintado al conjunto de la pieza.

La segunda parte, la de 'Trio', en la que los intérpretes están muy dignos, pero no a la altura del coreógrafo finlandés, habla de comunicación… o de lo contrario y eso es lo que a mí me interesa. El tema que trata y la sensibilidad con que lo hace.

Es más, es la parte en la que más claro está lo que el director quiere decir, ya que define personajes y plantea unos roles a cada uno de sus bailarines, quienes los resuelven con mucha eficacia y contundencia. No es que obvie Deep, es que me habla más Trio. Tiene un discurso más… discurso. Te dice directamente lo que quiere expresar.

Y eso es lo que hace que esta propuesta de Alpo Aaltokoski, dividida en dos, sume para llegar a ser un muy buen montaje. Los movimientos sensibles de la primera parte y la directa y sincera comunicación de la segunda configuran una unidad que deja satisfecho. Por supuesto, este montaje es el más redondo y emocionante que hasta ahora hemos visto en el Festival, aunque sólo llevemos cuatro días, y el que más texto tiene sin decir una palabra. Curiosidades de la vida y de la danza, que en el mundo de la escena siempre tiene muchas cosas que decir. Pero a mí me dijo más la segunda. ¿Qué le vamos a hacer?

lunes, 2 de junio de 2008

H3


Compañía: Grupo de Rua
Fecha: 01/06/2008
Teatro: CAEM
Aforo: Un tercio

Chirridos penetrantes

Si hay algo que destaca de cualquier ser humano es la personalidad que tiene. Hay gente que se deja arrastrar por aquellas opiniones que le llegan desde fuera y hay personas que no, que van a lo suyo pese a quien pese y cueste lo que les cueste. Ellos siguen hasta el final sin importarles lo que les pueda ocurrir. Hay que avanzar aunque sea de espaldas. Los golpes de la vida se superan de la forma que sea.

Esto es lo que ocurre con H3, de Grupo de Rua. A nadie le hubiera importado en el patio de butacas que hubiera más hip hop, más música, más emoción. Pero ellos no. Adelante con su propuesta, muy interesante, pero con poca chicha visceral. Y eso es mérito del director, que si al final introduce lo que todos esperaban hubiera claudicado en su propuesta, que es sólida y tiene por detrás un concepto.

Crean los chicos de esta compañía, entre los que hay cierto desnivel artístico y técnico acentuado, un montaje lleno de danza contemporánea y hip hop o lo que sea. Y lo convierten en un espectáculo seco y duro, lleno de agresividad, de enfrentamiento, de frialdad por los cuatro costados. Ayudados por la parquedad de la luz de escena, por el comienzo en silencio, en el que ya se entrevé lo que uno va a presenciar, hacen que el mundo que recrean sea frío y repetitivo, como el que viven diariamente en la calle.

Es decir, hacen una propuesta cercana al experimento y al ejercicio y lo encubren con cierta dosis de seriedad y de poderío físico que, en cierto modo, envía el mensaje de que saben lo que hacen y porqué lo hacen. Y que, además, quieren hacerlo así.

Por lo menos, cuentan determinadas cosas y hablan de la dureza, de la sequedad de una vida nada fácil. El montaje es interesante, aunque no emocionante. Tiene momentos de belleza y de impacto, pero nada de lo que cuentan llega con intensidad al público. Eso sí, al final todos sabemos que la banda sonora de la vida la pueden poner los chirridos penetrantes de las zapatillas de unos bailarines que se dejan la piel en escena.

domingo, 1 de junio de 2008

The porcelain project


Compañía: Needcompany
Fecha: 31/05/2008
Teatro: Liceo
Aforo: Tres cuartos

Prefiero el curling

¿Por qué cuando alguien quiere parecer interesante en un montaje de lo que sea, utiliza una música que recuerda mucho más a las ondas electromagnéticas, o a los fractales o al secador de pelo estropeado de la peluquería de la esquina que a Mozart? ¿Por qué ese tum, tum, tum, tum, tum, tum machacante y repetitivo? ¿Por qué, por qué, por qué, por qué?

Que se lo pregunten a los chicos y chicas de Needcompany. Ellos sabrán. Yo no tengo respuesta para esa pregunta. Lo que sí sé es que su The porcelain project, lejos de ser una ‘¿obra maestra?’ (lean el programa) es aburrida, repetitiva y está alejada de la emoción que se supone va a buscar uno cuando saca una entrada para cualquier espectáculo. Para esto prefiero el curling.

Como diría mi buena amiga Esther a la salida del teatro: ‘Lo único que sé es que he empezado a odiar la porcelana’. Y tiene razón, qué quieren que les diga. Si de lo que se trata es de salir a repetir una y otra vez lo mismo, si de lo que se trata es de salir a un escenario a expresar lo que sea porque sí, si de lo que se trata es de salir a camuflarse de surrealismo y de estética de Alicia en el país de las maravillas, lo cierto es que se equivocan claramente. Nada de emoción, nada de transmisión, nada de comunicación con el espectador, nada de contención, nada de nada. Un desastre.

Intuyo que a estas alturas del artículo ya sabrán ustedes que no me gustó el montaje. Pues yo tardé lo mismo en saber que no me interesaba nada. Tres minutos y ya está. Ni las luces, ni el sonido, ni lo que presuntamente querían contar, ni nada de nada. Y, sin embargo, Needcompany, no entienden que con quince minutos hubiera bastado. Y no es que uno no ponga interés, que yo soy de los que leen el folleto después de la finalización para no tener prejuicios, pero no tuve más remedio que ponerme a leerlo en mitad del espectáculo para no aburrirme. Lo dicho: prefiero el curling.