miércoles, 26 de diciembre de 2007

Texto, sexo...

Texto, texto, exto, exo, sexo. Me levanto y ya no sé en lo que pienso. No sé si es en su texto, mi sexo, mi texto, su sexo, sexo, sexo. Es tan bonito escribir. Es tan bonito follar... Es tan raro. Es tan sexo y tan texto. Robadme lo que queráis, pero dejadme el sexo o el texto. O lo que sea.
Para escuchar mientras lees:
Leonard Cohen. Dance me to... (Youtube)

martes, 11 de diciembre de 2007

Mondomono


Compañía: Vol & Ras
Fecha: 09/12/2007
Teatro: Liceo
Aforo: Menos de media entrada
Escucha: Marcha fúnebre (Víctor Carbajo)




Eso no se hace


Eso no se hace, hombre. Se supone que uno debe terminar el año con una buena impresión, con alegría, con ganas de volver al teatro. No sé, el cava teatral corriendo por tus venas, confeti de buenos textos, campanadas de emoción interpretativa en tu atribulada alma.... En fin, para qué les voy a contar más.

La compañía Vol & Ras no te da nada de nada con su espectáculo Mondomono, en el que tres seres ridículos sobreviven a un cataclismo nuclear, mientras buscan agua y adoran a un búho mecánico. ¿Qué pretenden decir con ello? Lo poco críticos que somos los seres humanos actuales con la sociedad que hemos creado y el batacazo que nos podemos pegar si seguimos así. ¿Qué es lo que consiguen? Ser poco críticos con ellos mismos.

Montaje en el que se nota que hay dinero y subvención, le faltan ideas y le sobra de todo. Construido desde una amalgama de pretendidas ideas, la hora y veinte que dura la obra se vuelve insípida, aburrida y bastante absurda. Eso sí, tiene un mérito terrible. Te obliga a hacerte la pregunta del millón: ¿Qué hago yo aquí, un domingo a las ocho de la tarde, pudiendo estar viendo el Ponferradina-Zamora?, por ejemplo.

Si hay algo que caracteriza este montaje es la falta de humor con el que pretenden entretenernos. Y el problema es que desde que salen a escena hay algo que no se sabe qué es, pero que afecta a todo el espectáculo. Es decir, la estructura, la historia, están hechas con poca convicción y flojean. Todo se sustenta en algo que de primeras se sabe que no va a funcionar. El problema es que ellos mismos lo transmiten y se nota en el patio de butacas. Un pena, porque no lo salva ni la dirección, ni una escenografía ampulosa, ni una interpretación con mucha voluntad. Se les agradece el esfuerzo, pero poco más.

Y a partir de ahí… podría comentarles más cosas de este estilo, pero prefiero no aburrirles con desgracias porque eso, a final de año, y a la espera de la llegada de las vacaciones y las celebraciones con la familia y los amigos, no se hace.

viernes, 7 de diciembre de 2007

A nuestra manera... (Music jol)

Compañía: Bientocadas tres. Cuplés
Fecha: 6/12/2007
Teatro: Sala B del CAEM
Aforo: Lleno
Para escuchar: Olga María Ramos. Youtube

Psicalíptica casposidad

¿Qué tienen los americanos que no tengamos nosotros? ¿Qué hay de malo en la tortilla de patata? ¿Qué pasa con nuestros pasodobles? ¿Tiene algo que envidiar una cabaretera española a una de Nueva Orleáns? ¿Se lo pasa uno mejor en Broadway que en un seudolocal en Tomelloso? ¿Son diferentes Sara Montiel y Kim Novak?

Habría que preguntárselo a las Bientocadas tres. Cuplés (Enriqueta Monedero y Vega Garrido), que han estado de gira por los centros gallegos de Estados Unidos predicando, con sus carnes prietas y su humor cañí, que el glamour del jamón y el vino tinto no tiene nada que envidiar al showbusiness yankee. Bueno, en realidad sí que tiene y de ahí parte la idea de A nuestra manera…(Music jol), que recupera la vieja tradición cabaretera de Marieta Monedero e Isabel Sánchez y la lleva hasta sus últimas consecuencias.

Y lo hacen con un espectáculo que destila amor por el musical americano y por las raíces de la tradición musical española mezcladas con socarronería española, hilaridad castiza y lenguaje evidente y nada sutil. Versiones del New York desternillantes, canciones sobre el hot dog americano, plumas… y caspa. Mucha caspa mezclada con alguna lentejuela.

Todo ello gracias a la interpretación y el desparpajo de Marieta e Isabel, el piano del gran Chema Corvo, lo irreal del personaje del tramoyista, interpretado por Jesús Antón, y la dirección de Roberto García Encinas (Intrusión Teatro), que de esto sabe un montón.

¿Y el resultado? Bueno, pues para intentar explicarlo: el resultado es un montaje psicalíptico, casposo y con efecto kitsch. O sea, para los que no se enteran: una hora y media tan surrealista como divertida y llena de típicos tópicos que no estorban para nada en el desarrollo de una acción que, además, tiene su punto de nostalgia bien llevada. Los cabareteros siempre son nostálgicos. ¡Qué escena la de los vaqueros!, digna de Fellini, Berlanga y Almodóvar juntos y bien revueltos. Un consejo: practiquen la psicalipsis y no se preocupen por el HS en una temporada. Estarán mucho más guapos. A mí me funciona.